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La historia de Los Animalitos nace allá por 1997, cuando el ex decadente Nico Landa decidió abandonar el barco en busca de mayores objetivos personales. Así conformó el sueño de la banda propia y adquirió notoriedad con su álbum debut “Grandes ladridos” (2001) de la mano de “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”, grabada a dúo con Andrés Calamaro y de altísima rotación radial y televisiva. Luego de un segundo álbum, “Reyes de la selva” (2003) no se supo demasiado de ellos hasta que el año pasado volvieron al ruedo con “La gran estafa”
En el tercer trabajo la banda profundiza aún más los puntos en común de aquellos dos universos. Por un lado está la saludable idea de Los Auténticos de faltarle el respeto a la ortodoxia, ese desparpajo en animarse a cuanto género haya dando vueltas por ahí y en arribar a geniales melodías desde la simpleza aparente, algo en lo que Jorge Serrano es un maestro. Además, cabe mencionar la producción a cargo de Martín Lorenzo, percusionista de los DK y también colaborador en este disco. Lo de Andrés viene por la estructura de buena parte de las letras, desafiando muchas veces las normas de la métrica, y en el estilo de fraseo de Nico.
La originalidad de la banda sobresale a partir de las letras: el fútbol, el costumbrismo barrial, la reivindicación de lo que el establishment rocker considera grasa, algunos excesos y mucho amor son algunos de los tópicos que recorre Landa. Así, “Tu y yo” mezcla al goleador ochentoso “La Chancha” Rinaldi, con el romántico José Luis Perales en una historia de amor en clave de cumbia y “Mi cumbia” (que tiene más de rancherita mexicana que del ritmo tropical) narra la historia de Pastor de los Santos, capo de la cumbia santafesina, con citas a Mick Jagger, Steve Vai y los Skatalites, en uno de los mejores temas del disco.
Otros temas que sobresalen son “La birome y el papel”, en la línea de El Salmón, “Me lleva la vida”, un punk melódico y contundente; “Cuervita”, una notable balada suburbana con la tribuna de San Lorenzo como escenario principal y “El veloz”, un power rap al estilo Molotov que relata con furia un viaje marginal en subte y descansa en un estribillo con aires de bossa nova. Allí se puede apreciar la justeza de la actual formación de la banda, integrada por Gutty Gutiérrez en guitarra, Fredy Vargas en bajo y Valerio Faiad en batería, los tres con buena participación en los coros, muy presentes en el disco.
Los covers elegidos juegan con la irreverencia y el choque de extremos: “Un veneno en el bolsillo” es una versión bien poderosa del tango fumón y under de Juan Penas y los Bonavenas; mientras que “Si no te hubieras ido”, la adaptación beat del clásico del cantautor mexicano Marco Antonio Solís, cierra el disco bien arriba, con clima de casamiento después de las cinco de la mañana y con unos cuantos vasos encima. Las amigables y cancioneras “Alas de cartón” y “Hojas muertas” completan un trabajo directo y redondito.
Con la pluma de Nico Landa como bandera, Los Animalitos entregan un material sólido y atrapante, en el que las melodías y las letras se desafían mutuamente para que siempre termine ganando la canción.
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